Tomando oxígeno para salir adelante en el Perú, un día a la vez.

jueves, 29 de octubre de 2009

Hooligans peruanos: ¿hinchas o pandilleros?

¡Basta ya de escudarse en el anonimato de la manada! 



Una semana funesta viene siendo la que vemos terminando con el sinsabor de una policía que no encuentra a los criminales que, cobardemente ocultos por el anonimato de la manada, escudaron sus frustraciones tras el emblema de una prenda deportiva  y terminaron con la vida de una peruana en un hecho que esperemos sea el colmo y detonante que inicie verdaderos esfuerzos legales contra este lastre que nos viene perjudicando tanto: las barras bravas.



María Paola Vargas Ortiz, contadora de profesión, se dirigía a una reunión social en lo que se volvió su fatídico viaje final en el transporte público peruano ya que un grupo de barristas de la “U” subió a robar al vehículo y manos incógnitas la empujaron fuera del mismo sabiendo que la víctima pidió al chofer que frenara para no ser violentada.

Esto sucedió la tarde del sábado pasado, 24 de Octubre. María Paola Vargas tenía 24 años y, luego de su maestría en ESAN, más de una propuesta para trabar en el extranjero. Ella optó por el Perú y un grupo de alimañas le quitó la vida.



Investigación muy lenta y proyecto de ley que parece dar en el clavo

Nos preguntamos ¿Dónde está la policía de investigaciones? No tienen un culpable luego de 5 días de ocurrido el hecho. El chofer les debe haber ayudado con los respectivos identikits, pero mientras se escribe esta columna nos enteramos por la versión web del diario El Comercio que ¡recién hoy jueves 29 de octubre han detenido al chofer y cobrador de la Custer donde sucedieron los hechos! (5.53pm, publicación de ElComercio.pe).

Además de la lentitud en las investigaciones indigna la lentitud del sistema legal para emitir leyes que conminen y ahuyenten a los pandilleros disfrazados de hinchas de estas actividades delictivas que han sobrepasando el límite de lo admisible hace demasiado tiempo.



Se habla de las barras bravas. Se pone el grito en el cielo, pero las cosas siguen igual. No señores, como se dice en el diálogo coloquial “Así no juega Perú”, así no deberían ser las cosas.


Hoy en el congreso la bancada de Alianza Nacional presentó un Proyecto de Ley contra la violencia en los espectáculos deportivos. Se aprecia la inquietud de estos miembros del congreso y se pide al legislativo que no le tiemble la mano, pues lo que la sociedad recibe de estos condenables ya puede considerarse extremo.

Concordamos con la necesidad de empadronamientos, cámaras y controles de alcoholemia. Así como de suspensiones y encarcelación por disturbios.

En ese sentido consideramos oportuno revisar cómo vienen operando países en otras latitudes respecto del problema equivalente a las barras bravas.

Un fenómeno que el Perú copió y adaptó necesita leyes y reformas ad hoc


Remontémonos al inicio de las “barras bravas” porque ni siquiera son “producto nacional”. Son una adaptación de las barras bravas argentinas, que a su vez provienen de las europeas, a quienes llaman hooligans, se presume que por el apellido de uno de sus más acérrimos íconos del siglo XIX, una versión británica original del erróneamente enaltecido “Misterio”, cuya versión televisiva amarillista lo presentó como un barra-brava idílico en el 2005 (o sea que quienes hoy tienen 15 años lo vieron a la influenciable edad de 11 años).

El punto culminante en Europa se da entre mediados y finales de los años ’80. En 1985 cuando 39 personas personas mueren en el estadio belga de Heysel en la final de la copa de Campeones de Europa, que enfrentaba a Juventus y Liverpool; y luego en 1989 cuando 93 personas pierden la vida en el Gran Bretaña, en el estadio Hillsborough, ciudad de Sheffield, durante una semifinal de la Copa FA, que enfrentaba al Liverpool y al Nottingham Forest.



Luego de estos eventos se dieron fuertes leyes en Europa que aminoraron las atrocidades de estos hooligans. Además de las fuertes condenas por delitos relacionados a eventos deportivos, en Italia se optó por vender las entradas a los partidos con nombre, apellido y documento de identidad al lado del número de sitio para una mejor identificación y posteriormente en casi toda Europa se hizo lo que esperamos se concrete en el Perú: una base de datos de sujetos altamente peligrosos ante el menor indicio de pandillaje. Posteriormente estos sujetos tendrán que entregar sus pasaportes cuando un partido de su país de origen se juegue en el extranjero.

Adaptando el caso a la realidad peruana, no tiene sentido quitarles los pasaportes a los pandilleros ocultos tras el nombre de “hinchas” (debemos separar las categorías espectador, hincha y pandillero-barra-brava), pero sí se les puede negar el ingreso al estadio, incluso luego de una acción considerada menor, para sentar precedentes y filtrarlos.

Para que todo esto ocurra es necesaria la cooperación de los clubes, que en muchos casos regalan entradas sin saber quien será el destinatario final. Esto por el momento debe detenerse , porque ahora más que nunca debemos cuidar quién entra al estadio.

Ojo con esto a los clubes que el grupo con el crecimiento más rápido de los últimos meses en Facebook ha sido el de solidaridad para con María Paola Vargas Ortiz y ya se está hablando de no consumir productos de los auspiciadores de la U en dicho grupo (19mil miembros y aumentando).



La cooperación de las municipalidades también es vital. Si tienen la potestad de enviarte la foto de tu auto a velocidad para cobrarte una multa ¿Por qué no tienen la iniciativa de enviar la foto, en tiempo real, de concentraciones antes y después de los partidos a las comisarías respectivas? Esto hubiera evitado crímenes como el cometido y los ocurridos en ocasiones anteriores.

Pero para adelante. Esto ahora es posible y necesario y lo dejamos como inquietud, que no quede allí. Las autoridades tienen la última palabra.

Tenemos los medios y debemos extirpar esta manifestación cobarde de raíz. Las pandillas persistirán, pero en tanto se vean en jaque se desmoronan, se separan, se atomizan y finalmente desaparecen, pero para ello no solo basta poner el grito en el cielo. Es necesario contar con una serie de leyes que permitan reducir esta lacra y filtrar al hincha del pandillero.

Mientras se escriben estas líneas se planea una vigilia por María Paola Vargas Ortiz. Estamos todos los peruanos con ella y su familia. Estamos todos contra los cobardes que se esconden tras el anonimato y la confusión de una trifulca e instamos a nuestras autoridades y representantes a que nos escuchen y apoyen con leyes para terminar con esto; y al poder judicial que vele porque se cumplan.

Este mensaje no está firmado por una persona en particular. Es tuyo y mío. Es de todos. Compártelo y seamos parte de la solución, recordando la vida de María Paola Vargas Ortiz, quién tuvo la nobleza de donar vida y por un Perú que realmente avance. Ya es tiempo. Todos nos lo merecemos.

Reportaje del programa "Enemigos íntimos" respecto de los hechos (gracias a INTERFILMSTV):



2 comentarios:

  1. Post interesante.

    ¿Sabes que el partido de Hillsborough no tenia nada que ver con los hooligans? Debido a los acontecimientos de los años anteriores pusieron verjas para prevenir a la gente entrar en el campo y interrumpir el partido. Lo que paso en Hillsborough era falta de organisacion de la policia y las autoridades para permitir la gente entrar en una manera organizada ... y habia un monton de gente empujando para ver el partido, y por eso los muertos. Las consecuencias aprendimos aca en las ochentas, y los estadios de futbol tienen solo asientos.

    Sobre los hooligans, usan la tecnologia para combatirlos ... hay cameras por todos lados entre y fuera de los estadios. Ha disminuido durante los ultimos 20 años, si. Paises como España sufren tambien, de racismo, en futbol y en la sociedad y tienen que seguir los mismos pasos.

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  2. Alveolo responde:

    Hola Andy,

    Tu comentario es preciso y te lo agradezco porque sirve para hacer algunas precisiones.

    En el partido de Liverpool FC vs. Nottingham Forest( Hillsborough, 1989) fue mayor la desorganización por parte de la Policía y también por permitir una cantidad de público mayor a la que podía soportar el estadio en las condiciones que tenía en ese tiempo.

    Pero como hito de las tragedias relacionadas al fútbol es importante mencionarlo, porque fue el detonante de la Football Spectators Act que sí tiene que ver directamente con la reducción posterior de los hooligans.

    Y te agradezco el comentario porque en este momento en el Perú se está debatiendo mucho sobre qué hacer para detener muertes innecesarias por parte de aficionados violentos.

    El post que estamos comentando ocurrió poco después de la muerte de una persona inocente fuera del estadio y recientemente aficionados violentos (llamados aquí "barras-bravas") de otro equipo han asesinado a bala a otra persona; y necesitamos una legislación que apoye a las autoridades para detener esto.

    Por eso deberíamos mirar hacia el Reino Unido y los países que tienen una legislación y técnicas avanzadas para armar una estrategia de protección al espectador y al ciudadano que circunda los estadios luego de los partidos, porque estas muertes de inocentes deben detenerse.

    Como tu bien dices, la tecnología es vital, así como la coordinación del trinomio: clubes (dueños de estadios), policía y gobierno (leyes).

    Saludos y muchas gracias por tu comentario.

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